Vicios.

Enlazamos nuestras manos en silencio y siento estar listo para morir. Logro tocar tu alma, tu luz, y sentir un torbellino eléctrico en caída que culmina en una inmensa paz. Es aquí, cuando me replanteo (egoístamente) si realmente es tiempo de morir. 
Entonces sonríes. Siempre sonríes, sin  siquiera imaginar lo que este acto significa para mi, y me cuestiono si tú piensas lo mismo y ocurre que también sonrío. 

Es impresionante, tan extraño  y nuevo para mi, este vicio que he creado hacía ti. 
Hacia tus manos. 

Itzel Sandoval.

Comentarios