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Mostrando las entradas de julio, 2014

Una forma de ser feliz.

La posesión mata el deseo, el conocimiento aniquila el placer, el hábito la novedad, la destreza, la conciencia. Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una forma para ser feliz.  - Julio Ramón Ribeyro

Un marciano llamado deseo.

Cualquier persona tiene un futuro en cualquier parte del mundo, siempre y cuando sepa encontrar su talento especial. Todos los seres humanos nacemos con un talento especial. Algo que podemos hacer mejor que cualquier persona. Para unos es ser médico, para otros es ser artista, para otros ser policía, el oficio no importa, lo importante es que al ejecutarlo sintamos que nos estamos realizando plenamente, que es lo mejor que podemos ofrecerle a las personas que nos rodean. Un marciano llamado deseo. 

El hombre que amaba a las mujeres

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Escribir, expresarse, es también exponerse a los juicios de los demás.  El hombre que amaba a las mujeres.

Frase del día.

"Es preferible ser odiado por lo que eres, que amado por lo que no eres."   Imposible amor.

Amor es todo lo que necesitas.

"El sólo hecho de que nos hayamos conocido, me hace muy feliz, al menos a mí. Y estaré feliz el tiempo que tenga el placer de tu compañía, así sean diez minutos, dos años, o treinta años" -Amor es todo lo que necesitas.

La Sirena del Mississippi

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- Mis ojos están cerrados, pero te veo. Visualizo. Si fuera ciego, pasaría mi tiempo acariciando tu rostro. Tu cuerpo también. Y si fuera sordo aprendería a leer tus labios con mis dedos así . - Pasa sus dedos por los labios de ella. - Aunque todo termine mal, ha sido un placer conocerle- La sirena del Mississippi. 

Celos.

Ya sólo eres aquella  que tiene la costumbre de ser bella.  Ya pasó la embriaguez.  Pero no olvido aquel deslumbramiento,  aquella gloria del primer momento,  al ver tus ojos por primera vez.  Yo sé que, aunque quisiera, no he de volverte a ver de esa manera. Como aquel instante de embriaguez;  y siento celos al pensar que un día,  alguien, que no te ha visto todavía,  verá tus ojos por primera vez. Jose Angel Buesa 

Frase del día.

La vida había sido eso, trenes que se iban llevándose y trayéndose a la gente mientras uno se quedaba en la esquina con los pies mojados, oyendo un piano mecánico y carcajadas manoseando las vitrinas amarillentas de la sala donde no siempre se tenía dinero para entrar. Rayuela, Julio Cortázar.

Capitulo 7, Rayuela.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.  Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundi

Dudas existenciales.

-Vamos, camina. - Sonreí. Ahora eramos libres.Si algo me gustaba de este chico eran las largas platicas sobre cualquier cosa. Me acomode con ese exceso de confianza que había entre nosotros. Cerré los ojos y fui capaz de destruir paredes y montar cielos reales. Su cabeza se recargo un poco sobre mi hombro. -¿Sabes que es una duda existencial?- pregunté. -No pero... bien... creo que... quiero suponer, me hace pensar que es una pregunta que cuestiona tu existencia.- dijo él, un poco tensó.  -Esta bien si eso te resulta a ti.- Le conteste.  -Entonces para ti, ¿Que es?- pude sentir el movimiento de sus músculos en señal de estar arqueando una ceja.  -Creo que una duda existencial es aquella que perturba mi existencia. Puede ser sobre cualquier cosa, sobre cualquier tema. Solo comienza con ser una idea vaga, con ir y venir constantemente dentro de mi cabeza, poco a poco va tomando forma y tamaño por las noches y luego... cuando menos esperas, ¡Esta allí todo el tiempo!, resulta s

Entre tantas cosas.

-Debemos dejar de vernos- Dijo. Sin más ni menos. No pude evitar carcajearme un poco, la chica siguió su paso sin decir palabra alguna yo no pretendía decir nada hablaba de más como para permanecer callada mucho tiempo, en cambio yo no era alguien de muchas palabras. 15 minutos nos tomo llegar al parque más cercano donde ella se sentó. Había una palmera sobre nosotros, la noche caía sobre nuestras espaldas y el pronostico de tormenta parecía no fallar esta vez. Miró al cielo, me miró. Miró al cielo, cubrió su rostro. Miró al cielo, se tallo los ojos. Me miró, miró al cielo... -No entiendes, ¿Es eso verdad?- ¡Cajaro! una escena de niñas. -¿Entender que cosa?- dije imitando su manera de mirar al cielo y cualquier objeto sin importancia. -Tu no entiendes nada, ni la más mínima cosa. Yo no entiendo tu manera de vivir, ni tu forma de moverte, no entiendo nada, ni porque estoy aquí mucho menos entiendo porque te quiero. Ni siquiera se porque me preocupo por ti, en decirte tales cosas ¿N

Frase del día

Cuando me abrazas, siento que tuve contra el pecho un palpitar sin tacto, cerquísima, de estrella, que viene de otra vida. Julio Cortázar. 

Nada

-¿Que hay sobre tus miedos?- pregunté con la esperanza de que esta ocasión hubiese una racha de sinceridad. -Nada.- respondió sin hacer gesto alguno. -¿No tienes?- -No-se apresuro a responder sin euforia alguna. -¿Y el olvido?- dije sin pensar dos veces. -Se que moriré- Menciono golpeado y con inmenso desánimo. ¿Que más podía preguntar ahora? -¿Y tus pasiones?- Arqueo la ceja. Esa, una de sus señales de desaprobación. -Ya sabes que me gusta- Llevo su mirada al techo y cerro los ojos, subió su brazo y lo acomodo haciéndome una invitación. Me incorporé a su lado. Recargué mi cabeza sobre su pecho. En tal posición lo tenía todo, era capaz  de escuchar el palpitar de su corazón, de contar sus respiraciones, lograba sentir el calor que transmitía su cuerpo, me encontraba en primera fila para ser testigo del rosa de sus mejillas. Su mano vagaba por mis cabellos como si yo fuese una muñeca capaz de romperse al primer mal movimiento. Estaba vivo, no tenía duda de eso. Pero... ¿P