Había un motivo girando a nosotros, eramos un universo no tan parlante regido bajo las mismas leyes, que eran no llorar y no caer. Yo fuerte, mi complemento vulnerable a la vista, intocable, frágil, mi otra parte, la razón para dar fortaleza. En una mirada nos descubríamos y en una sonrisa olvidábamos, fuimos el sueño eterno de un dios en algún lugar,y ahora, justo ahora estábamos juntos, abrazando nuestros olvidados mundos, sintiendo esa cosa contraria a la soledad, eso tan cálido que era el compartir. Itzel S.