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Mostrando las entradas de mayo, 2013

Sobre asquerosidades y horrores.

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Me senté con la mirada y frente en alto, como si no fuese temerosa, como si no quisiera huir, estaba dejando de pensar y esos pensamientos negativos comenzaban a llenar todo mi ser...no podía sacar esas sucias y asquerosas palabras de mi cabeza, estaban una y otra y otra vez pronunciándose, provocandome los peores y más inhumanos pensamientos que alguna vez pude tener.  -Jull -Logré distinguir mi nombre, sonaba tan sucio, tan asqueroso saliendo de su boca... Volteé mi mirada para que esta pudiese encontrarse con la suya y entonces sucedió...no pensé en nada más que fuese venganza. Comenzaba a luchar por mis instintos, por las ganas de saltar sobre sus asquerosos cuerpos y deshacerlos, por las ganas de tenía de verlos sufrir, de escuchar sus gritos de horror como ellos habían hecho conmigo... miré a mi alrededor y me di cuenta que estando en este sitio nadie notaría jamás que yo había sido la culpable; pero sobre todo, nadie me señalaría como tal, no a la chica buena y dulce que se e

ítaca.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca  debes rogar que el viaje sea largo,   lleno de peripecias, lleno de experiencias.  No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,  ni la cólera del airado Posidón.  Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta  si tu pensamiento es elevado, si una exquisita  emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.  Los lestrigones y los cíclopes  y el feroz Posidón no podrán encontrarte  si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,  si tu alma no los conjura ante ti.  Debes rogar que el viaje sea largo,  que sean muchos los días de verano;  que te vean arribar con gozo, alegremente,  a puertos que tú antes ignorabas.  Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías:  madreperlas, coral, ébano, y ámbar,  y perfumes placenteros de mil clases.  Acude a muchas ciudades del Egipto  para aprender, y aprender de quienes saben.  Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:  llegar all

Un relato sobre muchos monstruos.

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Debiste verme odiar al mundo entero y el montón de planetas que se creían comparar al nuestro y presumían el tener a sus pies un ser como el tuyo, debiste verme preocupada por tu inexpresivo rostro o tu semblante que no se mostraba tranquilo, debiste verme cuidándote de ellos o mi rostro contemplando tu dormir, tu calma, que guardaba donde nadie pudiese perturbarla  jamas, debiste ver alguna de todas las veces que deje mi corazón a un lado y me volví monstruo con tal de que nadie tocase tu nombre, o las veces que al llorar llegaba a casa intentado solucionar tus problemas, debiste verme aprender a cocinar para que cuando estuvieses en casa comieras como te gustaba, o arreglándome un poco para no verme tan mal a tu lado, debiste verme acostada pensando en que podría ayudarte pero sobre todo debiste verme queriéndote como ya nadie lo hace, pasional y dulcemente, inocente y sencillamente,sin esperar nada, más que tu bienestar y tranquilidad pero cierto es, que estabas ocupado disfrutando