Triángulos en la cabeza.

-Quererte...-Suspiré. Cautelosa, dudosa, en voz baja y la ceja arqueada como de costumbre. "Quererle" me cuestioné...

Hubo un silencio; uno de esos silencios que vienen cuando uno mira al techo e imagina triángulos en la cabeza. ¿Cuántos caben en la pequeña zona  marcada en el techo que decidió iluminar la ventana? Uno, dos... podrían ser treinta, cuarenta.... podrían ser mil triángulos. <<Quererle>>  *Suspiro* Ese escape de vida, esos segundos de libertad. 


No existe peor cosa que ordenar la cabeza en unos minutos. Por un lado están los recuerdos y por el otro, también. ¿Que es querer? ¿Y amar? ¿Dónde comienza el amor y hasta cuanto es permitido? ¿Acaba? ¿Amor?


-H.e.e.e.y- Dijo, mientras imaginé que podría estar pensando...



Por Itzel S.

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