Lejanamente cerca.
No soy dueño ni de una de sus miradas equivocadas, mucho menos de una de sus fugaces alegrías,
envidio tanto al aire que le acaricia suavemente la mejilla, pero no me pertenece ni la de triste posibilidad de un momento junto a ella.
envidio tanto al aire que le acaricia suavemente la mejilla, pero no me pertenece ni la de triste posibilidad de un momento junto a ella.
Ella es el sueño diario que al despertar encuentro muy lejos.
Itzel Sandoval
Comentarios
Publicar un comentario