Hablándole a la Luna.


Y ella brilla, se hace pequeña, crece un poco y vuelve a empezar mientras yo la observo tan quieta y transparente esperando solo un poco, me regale unos minutos, que me escuche como a todos, que me ayude a ser como ella, que me libere de las tinieblas, de los fríos y de estas noches eternas.

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