Cortos relatos.

Cerraba los ojos y me dejaba caer sobre su hombro. No estaba enamorada de el, no, no había mariposas ni vibraciones; ¿Amarlo? Quizás era demasiado pronto para hablar de amor, no sabía exactamente que sentía pero sabía que podía sentirme plena con tan solo mirarle, me sentía en casa y eso resultaba lo más importante. Recostarme sobre sus piernas era saber que había llegado a mi hogar, el único sitio donde yo quería estar.


ItSandoval


Remolino de silencios

Comentarios