Callendo en el amor.

Agosto 2000

El amor verdadero toca a tu puerta sin buscarlo. 

Y entonces aquella chica de cabellos obscuros como la noche, se acerco a la puerta y abrió quedando plasmada ante dicho ser, un chico de pieles morenas y cabello suave como las almohadas de plumas, libre como el viento,con sonrisa envidiada inclusive por el sol, y  bellos ojos causantes de las sensaciones mas placenteras del mundo, transmisores de destellos vivos de felicidad, sintiéndose rara,como si algo cambiase su estructura, hasta el más pequeño de sus componentes.Se limito a no quitarse el disfraz y saludar como de costumbre, como si estuviese siendo el congelador...y entonces aun poniendo resistencia, los planes del chico fueron más fuertes de los de ella, encontrándose ambos, el norte y el sur en una competencia de quien caía enamorado más pronto del otro,sin saber que ambos estaban siendo elegidos por cupido en dicho correr del tiempo.

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