La historia del chico y la muñeca de porcelana.

Aquella bonita sonrisa, aquel ser creador de la alegría. Corazón palpitante; espejo de la misma felicidad me compró con una canción y una de sus muchas sonrisas en una barata de muñecas de porcelana.
Fui tan feliz que olvide mi material de construcción, hasta que llegaron los tiempos grises y me vi obligada a guardar la calma y esperar. Ansiosa  a los insensatos movimientos del señor reloj pasando así los primeros segundos sabiendo en el fondos que volverías pero tras el correr sin prisas del Sr. reloj me  comencé a preguntar ¿Hace falta mucho para que des la vuelta? y así, caminaron los  minutos seguidos de las horas, días,  años, el reloj sin prisas, el polvo sin piedad, el sol y la luna con sus rutinas, el cielo soltando un par de gotas a mi compañía de vez en cuando... Cada vuelta de hoja al calendario era una nueva espera y una pizca de esperanza hasta que volviste por mi a regalarme hasta el ultimo de tus suspiros pero había caido en la cuenta de que era de porcelana y estaba muy descuidada. 
Inmóvil  viendote saltar como nuevo, viéndote esperar una respuesta cobre una venganza indeseada y pague con el peor de los castigos: haber mirado tus sueños escaparse mientras limpiabas de este viejo adorno ¿No has notado que soy de porcelana?


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