Ahora te quiero...
 Ahora te quiero,   como el mar quiere a su agua:   desde fuera, por arriba,   haciéndose sin parar   con ella tormentas, fugas,   albergues, descansos, calmas.   ¡Qué frenesíes, quererte!   ¡Qué entusiasmo de olas altas,   y qué desmayos de espuma   van y vienen! Un tropel   de formas, hechas, deshechas,   galopan desmelenadas.   Pero detrás de sus flancos   está soñándose un sueño   de otra forma más profunda   de querer, que está allá abajo:   de no ser ya movimiento,   de acabar este vaivén,   este ir y venir, de cielos   a abismos, de hallar por fin   la inmóvil flor sin otoño   de un quererse quieto, quieto.   Más allá de ola y espuma   el querer busca su fondo.   Esta hondura donde el mar   hizo la paz con su agua   y están queriéndose ya   sin signo, sin movimiento.   Amor   tan sepultado en su ser,   tan entregado, tan quieto,   que nuestro querer en vida   se sintiese   seguro de no acabar   cuando terminan los besos,   las miradas, las señales.   Tan cierto de no morir,   co...